Opel celebra su 120 aniversario en el Jarama

Opel está celebrando este año su 120 aniversario con una serie de eventos que rememoran su larga tradición como constructor de automóviles. Opel inició su andadura en el sector en 1899, cuatro años después del fallecimiento del fundador de la empresa, Adam Opel. Desde entonces, la marca alemana ha producido más de 70 millones de vehículos.

Para celebrar esta trayectoria, Opel España organizó en el Circuito del Jarama una jornada de pruebas de algunos de sus modelos más emblemáticos, centrados en la actividad de Opel en los rallys, principalmente en los años 70 y 80.

Reunió allí a la prensa especializada para que admirásemos y a la vez probásemos unos coches de museo que hace unas décadas luchaban en el campeonato mundial de rallys, y que hoy se encuentran en perfecto orden de marcha.

En el Jarama se concentraron dos unidades de Opel kadett, en variantes B y C, un Opel Commodore, un Opel Rekord C “Viuda Negra”, un Opel Ascona B y un magnífico Rennwagen o coche de carreras de 1903.

Este coche de carreras monta un motor de dos cilindros de 1.885 cc., caja de cambios de tres velocidades y bastidor con ejes rígidos y ballestas. Su motor da unos 10/12 CV, y alcanza una velocidad máxima de 72 km/h. Este vehículo fue el primer Opel de carreras de la marca, y recibió todas las innovaciones técnicas de la época.

Mucho más reciente, aunque con 50 años de historia, es el Opel Rekord C Black Widow o “Viuda Negra”, un coche que entre 1967 y 1968 nació del centro de diseño de Opel, basándose en el Opel Rekord C. Este coche recibió su apodo por el color negro de su carrocería, aunque sus detalles en amarillo también lo llevaron a ser apodado como “taxi”.

Este Opel marcó el mejor tiempo en la final de la temporada internacional del grupo 5 en Hockenheim, pilotado por Erich Bitter. A principios de 1969 fue a parar a Kurt Bergmann (Viena), que lo utilizó en competición, conducido por Nikki Lauda, que estaba en los inicios de su carrera deportiva.

La unidad que nos mostró Opel en el circuito del Jarama era una reproducción fiel del original, cuyo paradero se desconoce.

A mediados de los sesenta Opel tenía en el Kadett B un auténtico superventas. Este coche se vendió en versiones coupé, caravan de tres y cinco puertas, sedán de dos y cuatro puertas y sedán hatchback de dos y cuatro puertas. Montaba un motor de gasolina de cuatro cilindros en línea, en posición frontal longitudinal, con varias cilindradas y potencias. Desde 1.078 hasta 1.897cc. y desde 45 a 90 CV. Opel nos presentó en Madrid una versión cupé del Kadett B preparada para rallys, muy popular entre los pilotos aficionados de la época, con 90 CV de potencia y cuatro cilindros.

Uno de los coches más espectaculares de la muestra era el Opel Kadett C GT/E Grupo 1, con el que Opel se aseguró la victoria de su clase en el Rally de Montecarlo de 1978, dentro del grupo 1 con el 1er y 2º puesto y se proclamó subcampeón del mundo al final de la temporada. El coche que pudimos conducir en Madrid era un muleto , con toda la preparación de la época. El Kadett GT/E derivaba del Opel Kadett C, un coche que empezó a fabricarse en 1973 y del que Opel llegó a fabricar 1.701.075 unidades hasta 1979. Fue el último Kadett con tracción trasera.

A principios de 1972 Opel lanza al mercado el Commodore B, hermano de lujo del Opel Rekkord D, con motor de seis cilindros exclusivamente. Su versión más potente, el Commodore GS/E con motor de 2.8 litros y 160 CV de potencia, equipaba un sistema de inyección electrónica y alcanzaba una velocidad máxima de 200 km/h en su versión Coupé. Esta versión GS/E se reconoce por su alerón delantero, desarrollado por Opel en el túnel del viento. Con un Commodore GS/E Coupé, en 1973, Walter Röhrl compitió por primera vez con un Opel en el rally de Montecarlo de 1973. El coche estaba tuneado por Günther Irmscher. Debido a la falta de homologación –todavía no se habían fabricado 1.000 unidades del coupé– este Commodore con 160 CV compitió en el grupo 2 de los coches de turismo especiales.

La versión más potente de la gama Ascona, el Ascona 400, montaba un motor DOHC de cuatro cilindros de 2.4 litros y 144 CV. La versión de competición alcanzaba hasta 250 CV de potencia, y una velocidad máxima de 225 km/h. Con una unidad como la que se pudo ver rodando en el Jarama, Walter Röhrl y el copiloto Christian Geistdörfer ganaron el campeonato del mundo de rallies de 1982 con el Ascona 400, cosechando con ello el título más importante en los 120 años de historia del automovilismo de la marca.

Fue un placer ver rodar en circuito estas joyas rodantes, en perfecto estado, e incluso poder ponerse al volante, aunque muy brevemente, de algunas de ellas. Tiene mérito conservar en orden de marcha unos vehículos con “pedigree” como los expuestos en el Jarama. La historia de una marca muchas veces se ve influenciada por los éxitos en competición, que muchas veces son la base de la evolución de los coches de serie. Opel nos quiso mostrar algunos ejemplos de esta filosofía que ha marcado la historia de la marca en los últimos 120 años.