Volkswagen Caddy

Con más de un millón y medio de unidades entregadas, la generación actual del Volkswagen Caddy es todo un superventas dentro del segmento de las furgonetas ligeras. Y sin duda tiene un gran peso dentro de la gama de Volkswagen Vehículos comerciales, que comprende además a los Transporter, Multivan, Crafter, Caravelle, California y Amarok. Pero el tiempo pasa para todos, y habiendo transcurrido once años desde el debut de esta tercera generación del Caddy -y un lustro desde su último restyling- Volkswagen lanza al mercado un modelo tan profundamente puesto al día que, de hecho, ha sido catalogado por la marca como la “cuarta generación”.

No se trata, como digo, de un modelo dibujado desde cero (de hecho aún comparte la plataforma del primer Touran); pero tanto su marcado rediseño como su notable aumento en seguridad y calidad, junto con la llegada de una nueva familia de motores Euro 6, servirán para que la Volkswagen Caddy continúe siendo una opción destacada frente a su competencia. Que no es precisamente escasa: entre sus rivales podemos contar a los Citroën Berlingo, Peugeot Partner, Renault Kangoo, Mercedes-Benz Citan, Opel Combo, Fiat Dobló, Ford Tourneo Connect y Dacia Dokker.

Así pues, con motivo de su presentación internacional hemos viajado hasta Niza para conocer y conducir el nuevo Volkswagen Caddy, que hace su debut tanto en carrocería compacta como en la Maxi de batalla larga, y por supuesto tanto en versiones de carga como de transporte de pasajeros.

Pero antes de repasar las novedades que trae esta cuarta generación, permitidme empezar por los aspectos que no han cambiado, que son evidentemente las dimensiones generales y la capacidad de carga. El Caddy de carrocería compacta tiene una longitud total de 4,40 cm, con 1,82 m de altura (1,85 en versiones con

Su actualización es tan profunda que ha sido catalogada como "cuarta generación".

tracción total y 1,81 en la variante BlueMotion de la que hablaremos luego) y 1,79 de anchura. El Caddy Maxi se diferencia por ofrecer 47 cm más de longitud, de los que 32 van a parar a la distancia entre ejes (3,01 m frente a los 2,68 m del Caddy de carrocería corta). Se hace obvio que la capacidad del Caddy Maxi es bastante superior: mientras que la zona de carga del modelo “corto” tiene 1,78 metros de largo, con 3,2 metros cúbicos de volumen máximo, el Maxi alcanza los 2,25 m de largo y unos respetables 4,2 metros cúbicos de capacidad de carga.

Estas cifras dependerán, como es lógico, de la variante de carrocería que elijamos. El Volkswagen Caddy ofrece versiones para uso puramente comercial (Furgón, de sólo dos plazas y sin ventana lateral trasera; y Kombi, con capacidad de hasta siete pasajeros y con ventanas laterales traseras) o bien para uso particular a modo de monovolumen familiar (mucho más refinado, claro está, que el Furgón y el Kombi, y disponible en dos niveles de equipamiento, el más sencillo Trendline y el más completo Comfortline).

Los Caddy Kombi y monovolumen pueden montar cinco o siete plazas, que ofrecen una interesante modularidad y se dividen en un total de tres filas. En la primera de ellas, el asiento del acompañante puede abatirse (como opción) para prolongar la base de carga hasta la guantera. Pasando a la segunda, podremos abatible, invertir y desmontar el asiento individual de la derecha y/o los asientos izquierdo y central, que van unidos. La tercera fila, por su parte, es un banco trasero de dos plazas, desmontable y con respaldo abatible. Curiosamente, y para mejorar la visibilidad de los ocupantes, cada fila de asientos queda más elevada que la anterior.

Veamos ahora las modificaciones que incorpora el Volkswagen Caddy de cuarta generación, que son muchas y para mejor. Basta una mirada para darnos cuenta de que, aunque la esencia de esta furgoneta permanece inalterada, estamos en cualquier caso frente a un automóvil más cuidado y al que la marca ha dedicado bastante .

La estética del nuevo Caddy, especialmente en su versión para uso particular, es mucho más cercana a la de la gama de turismos, de la que ha heredado el característico frontal de líneas horizontales que lucen los modelos de última generación, además de incorporar nuevos paragolpes. La vista de perfil aun siendo evidentemente similar a la anterior, ha ganado puntos con el añadido de una líne de tensión que se transmite desde los faros hasta el final de las puertas traseras. Algo parecido puede decirse de la zaga, que estrena un portón con mayor superficie acristalada, al que flanquean dos nuevos grupos ópticos y que cuenta en su base con un paragolpes rediseñado. También se renueva, por otro lado, la oferta de llantas de acero y de aluminio.

El interior también ha adaptado su diseño a los tiempos que corren, con un salpicadero de líneas rectas y perpendiculares que responden al nuevo gusto de la marca. También se hace palpable (literalmente) el aumento de calidad de los materiales empleados tanto para el salpicadero como para los revestimientos del habitáculo, sobre todo en las versiones de uso familiar.

Para que os hagáis una idea, encuentro mucho parecido en los acabados del Caddy de uso particular con los del Skoda Fabia que probamos en vídeo unos días atrás. Como en aquel, todos los plásticos son duros pero bien ajustados y de apariencia duradera. Y si nos fijamos un poco, es fácil reconocer el origen de muchos componentes y mandos; sobre todo el volante, que es el mismo del Volkswagen Golf. Llegan además nuevos sistemas de infoentretenimiento con radio-CD/USB/MP3 y manos libres Bluetooth; el modelo más sofisticado incluye navegador y compatibilidad con MirrorLink, Google Android Auto y Apple CarPlay para acceder a las aplicaciones instaladas en nuestro smartphone a través de la pantalla del coche.

La seguridad de los ocupantes ha tomado mayor protagonismo en el nuevo Caddy. Ofrece de serie airbags frontales y laterales para conductor y acompañante, faros antiniebla con luz de giro, control de fatiga, limitador de velocidad y sistema de frenado multicolisión (que detiene el vehículo tras un primer impacto para evitar otros sucesivos). Son opcionales los airbags de cortina y los sistemas Front Assist (que avisa de una posible colisión con el vehículo precedente y precarga los frenos) y City Emergency Brake (activo a menos de 30 km/h y capaz de detener el coche automáticamente en caso necesario), como también lo son los asistentes de luces, el control de crucero activo, los sensores de aparcamiento, el asistente Park Assist (para localizar plazas de aparcamiento en paralelo o en perpendicular, estacionando el coche de manera semiautomática) y el OPS 360º (sistema de aparcamiento optico con visión periférica). Algunos de estos ítems de equipamiento son ciertamente inusuales en el mundo de los .

Sorprendentemente, la gama de motores diésel no ha optado por el , sino por todo lo contrario. El anterior bloque 1.6 TDI ha dejado paso al 2.0, que presenta cuatro variantes, de 75 CV (sólo para Furgón y Kombi), 102 CV, 122 CV (sólo con tracción total 4Motion) y 150 CV respectivamente, con consumos que parten desde los 4,5 l/100 km. Las dos motores menos potentes montan caja manual de 5 marchas, quedando la de 6 para las dos más prestacionales. Si preferimos cambio automático, las versiones de 102 y 150 CV admiten DSG de 6 relaciones. Todos estos motores cuentan con Start/Stop y cumplen con la normativa Euro 6, siendo por tanto más eficientes que los sustituidos. Destaca en este sentido la versión BlueMotion de 102 CV (sólo disponible con carrocería Furgón) cuyo consumo homologado es de sólo 4,1 l /100 km, con unas emisiones de 109 g CO2/km.

Sólo llegará de momento una versión de gasolina para el mercado español, basada en el bloque 1.4 TSI con una potencia de 125 CV y que cuenta con un cambio manual de 6 velocidades. La variante Furgón permite optar por el motor 1.4 TGI propulsado por gas natural, que viene a sustituir al anterior 2.0 TSI Ecofuel. –A propósito: si queréis conocer cómo funcionan y qué ventajas aportan los coches de gas natural, no os perdáis este vídeo-.

Durante esta jornada de presentación a la prensa internacional tuve la suerte de probar varias unidades del nuevo Caddy. Y confieso que estar a sus mandos ha sido una experiencia agradable y relajante. Es más: tiene que de serlo, si no queremos amargar el viaje a nuestra familia y amigos. Se trata, lógicamente, de un coche pensado para realizar una conducción tranquila, tanto por la suavidad de la suspensión delantera como por su configuración de eje rígido posterior con ballestas. No es un coche especialmente blando delante ni “rebotón” de atrás; pero sí algo más sensible en frenadas y cambios de dirección que un turismo convencional, especialmente la versión Maxi de batalla larga.

Y aquí terminan mis objeciones hacia el comportamiento dinámico del nuevo Caddy, ya que por lo demás me ha parecido un automóvil bastante confortable y perfectamente válido tanto para largos viajes como para la vida cotidiana. Su postura de conducción es relajada, más propia de un monovolumen que de una furgoneta (el volante no queda más inclinado de la cuenta), y cuenta con un asiento cómodo y muy buena visibilidad. Puede que la banqueta sea corta, que la palanca de cambio quede un poquito lejos y que la pantalla del navegador esté muy abajo; pero en su conjunto el puesto del conductor es más que aceptable.

En total, llegué a probar tres variantes de este nuevo modelo. La primera de ellas fue la que espera acaparar la mayoría de ventas, con carrocería corta y motor 2.0 TDI de 102 CV; un buen diésel que me ha parecido la opción más equilibrada de todas salvo que vayamos a viajar a menudo con el coche a plena carga. En ese caso recomiendo optar por el 2.0 TDI de 150 CV, un propulsor que conocemos bien por nuestra videoprueba del Volkswagen Golf Sportsvan y la prueba del Seat León FR. Cualquiera de estos motores rinde bien bajo el capó del Caddy, con mejor respuesta y menor rumorosidad y consumo (alrededor de los 8 litros en ambos casos) de lo que podía esperar.

El único Caddy Maxi que probé llevaba el motor de gasolina 1.4 TSI de 125 CV, que puede ser interesante para quienes busquen valoren por encima de todo el silencio y suavidad de marcha. A cambio, comparándolo con los diésel, cuenta con una menor respuesta a bajo y medio régimen, algo que debemos tener en cuenta cuando afrontemos adelantamientos con el coche cargado, y más con esta carrocería Maxi.

No me considero precisamente un experto en el área de los vehículos comerciales, pero tampoco tenía expectativas de que un automóvil como éste estuviese a la altura de un turismo de tipo monovolumen familiar. Afortunadamente, estaba equivocado. Tanto por calidad de acabados como por insonorización y confort general de marcha, el nuevo Caddy tiene poco que envidiar a otros vehículos más costosos para uso recreativo. Hay que hacer algún sacrificio aquí y allá; pero francamente, con apenas unas horas de conducción por todo tipo de carreteras, ya he incluido al nuevo Caddy en mi “lista” de vehículos interesantes para el tiempo de ocio.

Además, este automóvil cuenta con algunas ventajas muy atractivas para uso familiar o para clubes deportivos, por ejemplo. La primera es la de contar con puerta corredera, que facilita notablemente el acceso al interior del coche. La segunda está en su modularidad, ya que podemos abatir, plegar o extraer los asientos según convenga. La tercera es, cómo no, su gran capacidad de carga y facilidad de acceso a la misma. Y la cuarta es, para mi gusto, la cantidad de huecos para dejar los objetos que llevemos encima.

La marca aceptará pedidos a partir de junio, estando prevista para julio la entrega de las primeras unidades a los clientes. Llegará en el tercer trimestre el más exclusivo 2.0 TDI 150 CV con cambio automático DSG; y aunque el modelo TGI de gas natural estará disponible desde el inicio de la comercialización del Caddy, la versión con DSG no llegará hasta el segundo trimestre del año que viene. Y a propósito, fans del Caddy Tramper: no desesperéis, pues la marca nos ha confirmado que próximamente llegará un sustituto llamado Caddy Beach, del que podéis ver fotos en la galería que acompaña a este artículo.

A continuación os indicamos los únicos precios para España que la marca ha hecho oficiales de momento:

Volkswagen Caddy Furgón 2.0 TDI 75 CV 16.430 € Volkswagen Caddy Kombi 2.0 TDI 75 CV 16.870 € Volkswagen Caddy Trendline 2.0 TDI 102 CV 20.120 € Volkswagen Caddy Comfortline 2.0 TDI 102 CV 20.570 €

¿Queréis aprovechar este cambio de generación para buscar un Volkswagen Caddy de segunda mano? Estáis de suerte, ya que en coches.net podéis elegir entre más de un centenar de unidades de ocasión.